Si quieres seguir pensando, sigueme! Pensemos juntos!

viernes, 29 de marzo de 2024


¿Qué quiero ser de mayor?

Volvemos con el sesgo de genero. Ya sabeis que soy muy pesada. Debe ser la edad. 

Hoy os quiero presentar un informe que ha elaborado la Fundación CYD. La verdad es que es muy interesante y está mucho mejor elaborado que mi pequeña encuesta sobre el genero de la enfermeria. Si tienes hijos y hijas, casi que lo leais juntos. 

Factores que influyen en la elección de estudios

¿Qué quieres ser de mayor? Es la primera pregunta que nos hacen los mayores cuando ven que ya podemos caminar y coger la cuchara sin derramar la sopa. Y es la pregunta que nos continúan haciendo, hasta que los que la hacen, dan por sentado que nos hicimos mayores. 

La pregunta en sí misma no tiene connotaciones extrañas, aparte de joderte la merienda cuando supuestamente tienes la edad de saberlo y no tienes ni idea. Que es siempre.

Os suena esta situación:

«El 69 % de las mujeres cree que hay sesgos de género en la elección de la carrera universitaria: a menor edad mayor es la percepción, aunque únicamente el 27 % considera haberse sentido influenciada por los sesgos a la hora de escoger sus estudios o su profesión.»
Lo que viene siendo, a los otros sí, pero a mí no, ¡a mí no me influencia nadie!
En esto de los estereotipos, la cosa es muy curiosa. ¡Se nos come y no nos damos ni cuenta!

Las principales conclusiones del estudio indican que:

  • Las mujeres son mayoría en ámbitos como educación y salud y minoría en STEM (STEM no STEAM, aquí el arte parece que no entra), una distribución que se mantiene constante a lo largo de los diferentes grupos de edad.
  • El 43 % considera que desde pequeñas a las mujeres se les orienta hacia ámbitos como la educación o la salud, y un 39 % cree que en su etapa escolar no se promovía la diversidad de vocaciones de forma equitativa (es el momento aquel en el que estamos merendando y alguien nos hace la preguntita de marras).
  • El 43 % de las encuestadas escogió el ámbito de sus estudios universitarios por afinidad, el 22 % sentía vocación desde pequeña y el 19 % optó por estudios con buenas salidas en el mercado laboral (yo queria ser artista).
Estas conclusiones nos llevan a diferentes reflexiones:  ¿Qué nos impulsa hacia nuestras afinidades y vocaciones?, ¿de verdad tienen mejor salida en el mercado laboral las profesiones educativas y de salud que las STEM? ¿O solamente en el caso de que seas mujer?


¡Aquí os lo dejo!

Podéis dejar vuestros puntos de vista aquí abajo, en los comentarios. Ya sabéis: el debate lleva al conocimiento.
¡Un abrazo!

lunes, 25 de marzo de 2024

 Be real o no Be

Ser en la red o no ser?

Permitirme la concesión de hacer la traducción literal de la frase, y avancemos hacia sus implicaciones. 


El otro día estaba buscando fotos de mis 16-17 años. Cosas que una hace al superar los 55 años. Ponerse a recordar lo que hacía de adolescente y con quien. ¡Pues que no encontré ninguna! ¿Te lo puedes creer?  ¿Qué pasa? ¿Qué yo no salía con gente, iba de discoteca, cine, merienda, al parque de la ciudad, a las fiestas locales, de vacaciones? Entonces recordé un pequeño detalle: ¡Yo no tenía móvil!, uuuau. Es cierto. Yo no vivía en un documental perpetuo. Simplemente vivía. Estereotipo nuevo: ¿no estar en la Red, en Instagram o en el Be-real es no existir? ¿Se ha podido transformar en un prejuicio social?

Seguro que este post lo lee mi hija y ve a una madre que no entiende las ventajas de la conexión global: puedes saber donde está todo el mundo, lo que están haciendo, con quién han quedado y si son felices o están muy tristes, entristecerte con ellos o regodearte porque les va de pena. Puedes tener millón cuatrocientas mil fotos colgando del espacio para recordar lo bien que te lo pasaste y lo guapa que estabas (cuidado con estas fotos, que más de una persona se ha caído de la montaña mirando si el paisaje se veía bien detrás) Y cuando llegues a los 55 años podrás verlas todas. ¿Sí, no? Como mínimo las cuatrocientas mil finales.

Estas son todas las ventajas que ve mi hija y su grupo. Pero si pongo un espejo delante de estas ventajas, todo el mundo puede saber dónde estoy, lo que hago, con quién lo hago y si aparento estar feliz o no. Todo el mundo podrá hacer ver que le interesa mi tristeza o hacerme sentir que pasan de mí. Todo el mundo podrá opinar si el pantalón que llevo me hace parecer una cosa u otra. Si estoy gorda o flaca. Si no hago nada interesante o si soy una más del montón, no como esa influencer que parece perfecta cuando se levanta por la mañana.

Y luego una se pregunta el porqué el índice de intentos de suicidio en adolescentes se ha visto incrementado los últimos años. ¿De veras pensáis que ahora es más difícil el instituto?  

¡Pensemos!
Ahí lo dejo. Decirme que pensáis en los comentarios, porfa. Debatir es construir conocimiento.


sábado, 23 de marzo de 2024

 ¿Porqué hay mas enfermeras que enfermeros, en España?


El martes lancé varias preguntas al vuelo, en este foro. Muchas gracias a los que las habeis respondido.  Aquí pongo los dos gráficos, para que podais sacar vuestras conclusiones.  

Lo que realmente me llama la atención, y que es el objeto directo de este hilo que comence el último post, son las respuestas a la tercera pregunta.

 

Los primeros gráficos indicaban que la profesion de enfermeria necesita de alguien que sepa poner inyecciones y seguir intrucciones, y, sobretodo, que sea rápido ante una emergencia. Solo el 11% de personas han dicho que la profesion de enfermera deba ser empatica. Luego nos encontramos con las respuestas a la duda inicial: ¿porqué enfermera? 

Al parecer las mujeres somos increibles, más resistentes, más empaticas, más madres, ¿no?  y eso hace que seamos más enfermeras. 

¡Pues no entiendo nada! Si hablamos de habilidades y conocimientos, priorizamos unas cosa, pero si hablamos de genero hablamos de otras. ¡Dime tu si eso no indica sesgo de género!

Todo y eso tengo una esperanza hacia el futuro. Un 33,3% de las respuestas indican que no tienen ni idea del motivo. Porque realmente no hay un motivo objetivo, creo yo. Salvo el único motivo que nadie ha dado por bueno, tal vez porque reta a la razón. Si a mi me dicen que voy a cobrar menos, paso de trabajar en esa profesión, pero si me dicen que se me va a dar bien, desde que empece a ponerle tiritas a mi Nenuco, pues tal vez me lo pienso, ¿no? 

No se. Mi objetivo con estos dos posts correlativos es simplemente haceros pensar. No tengo la respuesta correcta, solo se que yo no nací para cuidar de los demás. Llamarme egoista.

Espero que os haya sido interesante mi pequeño experimento. 
Un abrazo!


martes, 19 de marzo de 2024

Enfermero o Enfermera

 Enfermero o Enfermera.

La profesión de enfermería siempre me ha parecido curiosa. Un montón de veces demuestran saber más que los mismos médicos. Están ahí, como aparte, sin decir nada, día tras día, ayudando a que las cosas salgan bien. Pero el sueldo y el mérito se lo llevan todo los médicos. Menos para mi tío, que es de la antigua escuela, y lleva bombones a todas las enfermeras cuando, después de un nuevo ingreso, sale del hospital. No ganamos para bombones.

Como podéis ver, he dicho enfermería, pero ¿tendría que haber dicho enfermera? No sé. Como dice aquella del Congreso, dejarme que os dé unos datos.


Y ahora me direis, ¿porqué pones enfermeros en el título del gráfico? Pues tiene una sencilla explicación: sale así en el INE, Instituto Nacional de Estadística. Tambien sale sexo y no se matan mucho más.
Volviendo al tema que nos ocupa. ¿No es un poco escandalosa la cifra? Y a eso le sumas todas las mujeres que, sin colegiar ni nada, estan haciendo de enfermeras 24 horas, en las casas de los yayos (si, esas que cobran menos todavia porqué, se supone, que estan durmiendo y comiendo allá mismo)
Así pues, pareciera o pareciese que las mujeres estamos sembradas para cuidar del prójimo

Por otro lado, debe ser algo innato, para lo que no hace falta estudiar ni na. Si no, no hay quien entienda porqué hasta el 1915 no se crea el título de enfermera por primera vez en España. 

Y la cosa aún és mas rara. Dentro del grupo de enfermeria estaba la enfermera como tal, que eran todo mujeres, los prácticantes, que casi todos eran hombres y las matronas, que ya no digo nada, ¿verdad? Y donde estudiaba toda esta gente: ellas en escuelas asociadas a los hospitales, ellos en la facultad de medicina. ¡Anda ya!

Dicho todo lo anterior. ¿Creeis que en el sector de la enfermeria se da un sesgo de género causado por los estereotipos que la sociedad nos ha transmitido? Tengo curiosidad por saber que pensais. Os propongo un pequeño ejercicio. Contestarme esta breve encuesta sobre los estereotipos en el sector sanitario, y el jueves os doy los resultados. Os parece?

👉Super encuesta anónima 👈

Gracias por colaborar a hacer un mundo mejor o, como mínimo, reirnos del que tenemos.

jueves, 14 de marzo de 2024

Somos mujeres desde los 4 años

Somos mujeres desde los 4 años. Antes solo somos personas.

La infancia nace limpia de ideas preconcebidas sobre el género. Eso dice la ciencia hace tiempo. Aunque mi madre está convencida de que ella nació con una escoba en la mano y no entiende el porqué yo no la cojo bien. La escoba, quiero decir.

Pero volviendo al tema que hoy nos ocupa. Buscando por la red he encontrado un nuevo estudio (aunque digan ellos mismos que es el primero), en el que parece que lo vuelven a demostrar. 

Os cuelgo el enlace, por si tenéis curiosidad. Realmente es una chapa que viene a decirnos lo de siempre. El estereotipo no nace, se hace. Y parece que se hace a partir de los 4 años. Que curioso. No se que hacemos al cumplir cuatro años. mmm. Bueno, si. Empezar el cole, ¡guau!

Estereotipos en la infancia 

Ahora que me digan cómo lo hago yo, como madre, cuando en el grupo de amigas (yo tengo niña... La de rosa) todas reciben la anoréxica Barbie (sí, la de la zona niñas de la juguetería) en Navidad. ¿Me rebelo e insisto en que ella no, que ella Nancy? ¿La condeno al ostracismo de ser la niña rara? ¿Le como la olla diciendo que ella es especial, y que no haga caso de los comentarios de que su mamá no la quiere, porqué no escucha sus deseos?

No, si los estudios están muy bien, pero, ¿cómo los cambio? 

Ese estudio sí sería un bombazo. Si lo publican, me lo leo seguro. Porque lo de los anuncios y las actividades del cole no funcionan.

¿Qué piensas tu? ¿Ya sabias barrer al nacer?

Dale a comentarios y cuentame. ¿Eres de Barbie o de Nancy?



martes, 12 de marzo de 2024

Ya no vuelvo a pisar la piscina a las 9 de la mañana

Quiero compartir con vosotros una entrada que publiqué hace mil años. Entonces yo tenia 43 años, una niña pequeña y subia a casa por las escaleras. Algunas cosas las cambié porque, sorpresa, me hice mayor.

Piscina municipal de Hospitalet. 9:00 de la mañana, de 2012. Llevo mi bañador, mi horroroso gorrito azul y mis chancletas anti pie de atleta (creo). Escojo pista vacía y decido hacer unos largos. 
Hasta aquí todo perfecto.
Olvidé deciros que no he ido a hacer largos desde hace unos...¿20 años? Vale. Seguramente no será excusa para lo que me sucedió a continuación, y que ha motivado el título de este artículo.
Ahí estaba yo, dando brazadas como podía por mi pista, cuando pasa por mi lado uno de esos yayos jubilados, de mas de 80 años, como una exhalación. Fiu y ¡ya estaba de vuelta!. Mientras yo intento llegar al final de mi primer largo (que largo que es, mare de Deu) el abuelete ya ha ido y venido. Disimulo en un rinconcito que estoy relajándome en el agua y reflexiono en la idea que tengo de lo que ha de ser un abuelete. Si doy un vistazo a mi información social, a la literatura y/o publicidad, a la llamada sabiduría popular que forma parte de mi cultura y de la vuestra (no disimuléis), la cosa no puede estar mas clara. 

Un abuelete es aquella persona mayor, pobrico, que ya no produce nada, que no le interesa ya nada mas que estar tranquilito, inflexible y cabezota, decadente intelectualmente o, según como, pozo de sabiduría adquirida con la experiencia.
Pues ¡va a ser que no!
Esta es la imagen estereotipada que todas las personas tenemos integrada de lo que es o debería ser una persona anciana. Romper con esto implica observar y acceptar las diferentes maneras de envejecer. También implica tener en cuenta que las funciones cognitivas pueden decaer por falta de uso y no necesariamente por edad.
El ser humano no termina su desarrollo psicológico con la vejez. Continua hasta el final con aprendizajes nuevos y adaptación a nuevas circunstancias vitales. Ha quedado ampliamente demostrado que la creencia de que el deterioro físico evidente de la edad siempre vaya acompañada de deterioro en el plano psíquico, es falsa.
Cuando pienso en la vejez siempre me pregunto en que fecha empieza, cual es la edad barrera en la que debes cambiar tu manera de vestir y actuar porque, ¡ahi va! ¡me hice vieja!
Siempre pienso en que mi madre empezó a hacerse vieja a los 55: esta ropa no es adecuada para mi edad; yo ya no puedo hacer lo mismo, si lo sabré yo que ya no tengo edad; hay hija yo ya no estoy para estas cosas. Recuerdo aquí a mi abuela. Recuerdo que tenia unos 80 años cuando me dijo: hija, no puedo darte dinerillo porque tengo que guardarlo para cuando me haga ¡vieja!. Y tenia razón, la mujer tenia mucha razón. Con 98 estaba, no podia casi andar, no salia de casa, pero devoraba libros policíacos a montones con la ayuda de su lupa y entendia perfectamente todo cuanto le pudieras explicar (otra cosa es que quisiera). Mi abuela fue vieja cuando se murió, con 102 años. 
La vejez, como el género, la etnia o el poder adquisitivo, se ve mediatizada por imágenes estereoripadas que pueden conducir a que la propia persona se identifique con ellas y reduzca sus propias posibilidades. Ser viejo no es lo mismo que sentirse viejo. La etiqueta puede proteger pero a la vez limita. No hay que pensar en que puede o no puede hacer una persona vieja. Hay que pensar que puede hacer esa persona en concreto, ahora.

Un abrazo

viernes, 8 de marzo de 2024

El micromachismo es el rey de los estereotipos.

El micromachismo frente al dia de la mujer. ¿Quien gana?


Me levanté con talante positivo, hoy. Así, que he decidido que ya puedo volver a la genial tarea de haceros pensar, y, porque no, opinar. ¿Me acompañais?

Nada mejor para ello que retomar mi blog perdido entre las sabanas de la maternidad.

Hoy es el día de la mujer, por tanto, es mi día, puesto que yo soy mujer. Aquello que los filósofos clásicos llamaban lógica, y que mi madre llama lógica aplastante. ¡Qué mejor día!

Y con esta afirmación sucede una cosa interesante.  Que mañana continuaré siendo mujer. Y pasado y el otro. Digo, creo, no sé. 

Total que hoy saldré en todos los canales de radio y televisión, en todos los portales telemáticos que se precien de estar al día, y en un montón de referencias en prensa escrita (las pocas que quedan, claro).

You can!, dirán. Y todas esas cosas tan in que se dicen en el día de... el día de la acción contra el calentamiento terrestre, el día escolar de la no violencia y la paz, el día de la madre, y del padre, y del pingüino. You can!, o no. Pero de eso ya hablé en una ocasión anterior. 

La cuestión es que mañana, cuando deje de ser el día de la mujer, aunque yo continúe siéndolo, volveremos a lo mismo. 

Pero con tantos días, ¿qué más da un día, más o menos, dedicado a algo peregrino, ¿verdad? 

Así que se me ocurrió que podía compartir este video de YouTube, sobre un tema que parece que nos terminamos de inventar unas cuantas, hace dos días: los micromachismos



Y después de ver el video, va una y se pregunta, y ¿eso es tan importante? A ver, si la misma palabra lo dice: micro, micromachismo. Lo que viene siendo pequeño, muy pequeño. ¿Dónde está el problema? La cosa está en que las feministas ya se han vuelto a desubicar, ¿no?

A no ser que hables con las mujeres que lo escuchan día tras día, y que terminan sintiendo que esas palabras son correctas. Se llama subconsciente y te jode el día a día. Aquello de si el río suena, agua lleva. Y eso no sé yo si lo arregla el día de la mujer o el día de la marmota.

Y aquí te lo dejo. Para que pienses y, si te apetece, me digas que piensas.

Seguimos!!