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sábado, 25 de mayo de 2013

La Familia: esa gran mentira...

Tengo un dolor intenso en el brazo izquierdo desde hace tres semanas. Voy al medico y empezamos con el ritual de movimientos y pruebas para concluir que todo es tensional. Entonces pienso en aquel fisioterapeuta que hace unos añitos me "reparo" algo similar y busco su número de móvil. Sorpresa, no lo encuentro!
Reflexionando me doy cuenta de que el "arreglito" me lo hizo a los 15 años; echo cuentas y de eso hace ya 30 años!!! ¡Cáspitas! ¡El fulano ya debe estar mas que jubilado y ademas por aquellos tiempos no tenia móvil!

En ese momento es cuando una empieza a recordar lo que significa el paso del tiempo... pero esa es otra historia. A lo que iba: cuando te pones a pensar en el paso del tiempo no puedes evitar hacer una foto del momento en el que estas ahora, con 45 a punto de caer.

Soy lo que la etiqueta social llama una mujer de mediana edad. Eso lleva asociado el estereotipo de estabilidad: trabajo continuo y mas o menos seguro, pagos al día, grupo de amigos estable y familia monótona y seudo aburrida, por aquello de siempre "comer en el mismo plato" y todas las obligaciones que se le suponen.

El entorno socio político económico se ha encargado de hacernos descubrir que el estereotipo asociado al empleo se ha volatilizado. En el caso de la familia es diferente. La sensación de que ni tormenta ni marea puede cargarse el estereotipo de lo que debe ser una familia "normal" es enorme.

Definición de familia: La familia según la [Declaración Universal de los Derechos Humanos], es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.  Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre.

Buf!! ya me maree.


Siguiendo con este apasionante tema, mi hija tuvo un "serio" problema en clase de ingles, cuando le hicieron escribir, en unos cuadritos muy monos, todo su árbol genealógico: ¿donde narices pongo al compañero de mama, que ademas no vive en casa? Pero para ella forma parte de su familia, ¿o no? Otra compañera no encontraba sitio para ubicar a sus dos mamas. Y espérate si hay alguna que tiene que colocar al hijo de la mujer de su padre, que no es su mama. ¡Que todo eso no cabe en los cuadritos del ejercicio estándar que les han colocado bajo la nariz!

Hace unos años un sesudo funcionario se dio cuenta de que algo no iba bien (se han dado casos de tener que inventarse el segundo apellido del crío recién nacido cuando solo había mama, porque según el funcionario no podía quedarse vacío el recuadro del formulario...) y comenzó el baile de etiquetas. Cambió de nombre al departamento y lo etiquetó "Benestar i families", así, en plural. Al cabo de un tiempo ganaron los otros y volvieron a cambiar el nombre "Benestar i familia", que no fuera a haber confusión con el estereotipo, ¿eh?

Por lo tanto continuamos con las excepciones a la etiqueta de familia: monoparental, familia reconstruida, familia homosexual. Pero, cuidado, que esto no se yo si son o no familias, porque no cuadran con la definición del estereotipo. Un follón!!

O tal vez el follón venga de la manía que tenemos de etiquetarlo todo. Cuando usamos una etiqueta con aquello que debe contener una caja y al abrirla nos encontramos con otra cosa, nos viene la decepción. Así nos pasamos la vida esperando llegar al objetivo que nuestras madres soñaban para nosotras: una familia protectora, con un padre, una madre y un par de churumbeles. A ser posible niño y niña y, como no, biológicos. ¡Que gran mentira!


Un abrazo a las "familias" que pacientemente me continuáis leyendo
Anna sú



lunes, 13 de mayo de 2013

¿¿Que es esto del arroz a la cubana, mamita??

Siempre me ha hecho gracia la manía por etiquetar las comidas según supuestos orígenes: arroz a la cubana, pato pekin, tortilla a la francesa, paella valenciana... 

Cuando estuve en china no tenían ni idea de lo que era el pato pekin y todavía menos el tan "tradicional" rollito primavera. En Francia le llaman Omelette a la tortilla, y que yo sepa no se la inventaron ellos. Y una vez en Amposta fui a comer paella y todavía se están riendo porque la pedí valenciana. Creo que, pese a mi acento ambiguo, aun siguen pensando que yo era una giri del montón. 

El siguiente corto, encontrado en este tan amplio mundo del youtube, me ha hecho sonreír de algo que no tiene gracia... la discriminación por origen: decir que un cubano no puede trabajar en un restaurante chino es como decir que un chino no puede trabajar en un restaurante español. 

Diariamente veo como no se admiten determinados inmigrantes en los restaurantes mediterráneos, dentro de  la cocina, porque no conocen la comida tradicional "española". Me hace reír la misma situación absurda. Primero que no existe la comida "española": aquí en Catalunya no comemos migas ni salmorejo y si no es en zona turística la comida es muy diferente en todas partes de la península. Segundo que para cortar cebolla y deshuesar pollos no hace falta tener origen definido. En todos lados se hace igual.



Me parece genial la situación vivida por este personaje, especialmente la conclusión central. La necesidad de conocernos para comprendernos. Y especialmente divertido el comentario final.

Creemos conocer a las otras culturas y las juzgamos por ese conocimiento. Generalmente para llegar a la conclusión, si tenemos la suerte de abrir los ojos, de que realmente no los conocemos prácticamente nada.
Espero que a vosotr@s también os guste y, cuando viajéis a China buscar rápido un restaurante italiano por el centro, porque la comida "tradicional" china ¡pica que es un portento!

Un abrazo
Anna sú